Se le quedan los nombres de los torturadores
a uno… se le quedan.
Por muchos honores y homenajes reciban,
el daño que hicieron se queda… se queda.
Si se cambian de bando,
si se adorna la historia,
si mil nietos les honran…
los hechos son hechos
lo roto se queda… ahí queda.
La vergüenza se maquilla, pero la sangre aflora…
y en el lozano silencio de las cicatrices que desgranan la tortura y las ofensas
las iras y la muerte, tu mentira se irá,
pero nuestro dolor se queda… se queda.